Unos minutos de poco ejercicio podrían reducir a la mitad el riesgo de infarto, según estudio

¡Impresionante! Incluso aquellas que apenas dedicaban poco más de un minuto veían una reducción del 30%.

Ahora, chicos, no os pongáis celosos. Aunque los hombres no experimentaron la misma magnitud de beneficios, aquellos que realizaban 5.6 minutos de actividad diaria aún reducían su riesgo en un 16%. ¿Por qué esta diferencia? Los investigadores aún no lo tienen claro. Pero oye, algo es algo, ¿no?

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Pequeños gestos, grandes beneficios

No me malinterpretes. Nada sustituye a un régimen de ejercicio regular, que debería ser de al menos 150 minutos semanales según las recomendaciones de salud. Sin embargo, si te encuentras con semanas complicadas en las que el gimnasio parece un sueño lejano, esos pequeños aumentos de actividad física incidental pueden marcar la diferencia.

El Dr. Luke Laffin, de la Clínica Cleveland, asegura que hasta el simple acto de subir escaleras puede ser beneficioso para quienes no hacen ejercicio regularmente. Y es que, como bien dice, "algo es mejor que nada". Además, el Dr. Bradley Serwer señala que estos pequeños "picos de actividad" pueden mantenernos más ágiles y quemar algunas calorías extra.

Incorporando el ejercicio incidental en tu vida

Probablemente, ya haces algo de ejercicio incidental sin darte cuenta. Pero, ¿por qué no intentar un poco más? Aquí algunas ideas:

- Estaciona el coche más lejos de la entrada del supermercado.
- Lleva tus compras sin carrito.
- Da una buena fregada al suelo.
- Saca a pasear a tu perro o juega con tus hijos.
- Camina mientras hablas por teléfono.

¡La lista sigue y sigue! Solo recuerda que la frecuencia es la clave. Unos minutos aquí y allá a lo largo del día pueden sumar grandes beneficios.

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Conclusión: ¡Muévete siempre que puedas!

La verdad es que, aunque el ejercicio incidental no reemplaza al ejercicio planificado, definitivamente complementa un estilo de vida activo.

Así que la próxima vez que estés a punto de subir al ascensor, piensa en tu corazón y opta por las escaleras. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!