Contenido
- Menos es más
- Acierta con los puntos de pulso
- ¡Deja tus ropas tranquilas!
- Prueba antes de comprar
- Tus dudas o consultas al Asistente
¿Quién no ha vivido esa pesadilla aromática en un ascensor o, peor aún, en un avión? Ese momento en el que te preguntas si el olfato de algunos se fue de vacaciones.
La moda de "olor al máximo" está despegando, sobre todo entre los adolescentes (¡ay, juventud!), en un mercado de fragancias que vale miles de millones. Así que, ¿cómo evitar ser el próximo culpable de un exceso de loción?
Aquí te dejo unos consejos infalibles para aplicar tu fragancia favorita sin asfixiar a tus amigos.
Menos es más
Este es el mantra de todo amante de las fragancias. Comienza con una cantidad mínima de perfume o colonia. ¡No te dejes llevar por la tentación de rociar media botella! Si lo aplicas bien, con uno o dos toques en puntos estratégicos es suficiente.
La doctora Tran Locke nos recuerda que todos tenemos diferentes niveles de sensibilidad a los olores. Así que, aunque no lo huela tan fuerte después, confía en que sigue ahí. Un dato curioso: es posible que te hayas vuelto "ciego de nariz", un fenómeno donde el cerebro se acostumbra tanto al aroma que simplemente lo ignora.
Acierta con los puntos de pulso
Los puntos de pulso son tus aliados: muñecas, cuello, detrás de las orejas y pecho. Estas áreas emiten calor que ayuda a difundir el aroma durante el día.
El doctor Nick Rowan asegura que esto prolonga la duración del perfume con menos producto. Pero atención, la piel seca es como el enemigo silencioso de la fragancia, así que hidrátate antes de aplicarla.
Un dato curioso: el famoso perfumista Francis Kurkdjian aconseja usar loción sin aroma o una que combine con tu fragancia para potenciar su efecto.
¡Deja tus ropas tranquilas!
Olvídate de eso de rociar al aire y caminar a través del aroma. Además de desperdiciar el perfume, corres el riesgo de manchar la ropa y, peor aún, de sobrecargar el ambiente.
La doctora Zara Patel advierte que aunque el aroma puede durar más en la ropa, también puede ser más abrumador. Y si te pasas, quitarlo será un dolor de cabeza. Un consejo: si te excedes, es más fácil lavar la fragancia de la piel que de la tela.
¿Sabías que el agua y el jabón son tus mejores amigos en estos casos?
Prueba antes de comprar
Puede parecer obvio, pero asegúrate de que el perfume realmente huela bien en ti antes de bañarte en él. Un perfume cambia dependiendo de la química del cuerpo de cada persona, creando un aroma único.
Esto es parte del encanto, pero también puede resultar en un desastre olfativo si no se mezcla bien contigo. Así que, siempre prueba en tu piel antes de lucirlo en público.
Finalmente, resiste la tentación de reaplicar. Aunque creas que el aroma se ha desvanecido, probablemente sigue presente y los demás lo perciben. La doctora Locke nos recuerda que la adaptación olfativa es real, así que mejor, ¡guarda el frasco y sigue con tu día!
Y si te encuentras rodeado por una nube de perfume ajena, recuerda que a veces lo mejor que puedes hacer es respirar profundo (si puedes) y tratar de moverte amablemente. Si se trata de alguien cercano, una conversación suave podría hacer maravillas.
Al fin y al cabo, un poco de amabilidad siempre es el mejor perfume.
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