¡Qué show el de Piers Morgan y Kevin Spacey, mi gente! De buenas a primeras, te encuentras comprando tu cafecito de la mañana y de pronto, boom, una entrevista que sacudió las redes sociales.
Así es que va la cosa. Imaginen a Piers Morgan, con esa cara de que nada puede sorprenderle, sentado frente a Kevin Spacey, quien ha estado más en el candelero por sus líos judiciales que por sus actuaciones últimamente-
La entrevista empieza, y ¡nada más empezar! Spacey se quiebra y comienza a llorar. Drama en vivo y a todo color.
Piers, como un perro sabueso, va directo al grano: "¿Estás enfrentando la bancarrota?"
Y Spacey, con una sinceridad que hace que uno se enderece en el asiento, responde: "Hemos logrado esquivarlo, al menos hasta hoy."
Oh, pero la cosa no se queda ahí. Piers, en plan detectivesco, pregunta: "¿Cuánto dinero tienes?" Y aquí es donde la cosa se pone aún más tensa: "Nada… Todavía debo muchas facturas legales que no he terminado de pagar."
¡Aguanten la respiración porque esto va para largo! Morgan no suelta a su presa: "¿Estás realmente endeudado?" Y Spacey, sin rodeos, asiente con un "Sí" que suena a derrota.
"¿Cuánto debes?", insiste Piers, y Spacey casi susurra: "Es considerable... Muchos millones." ¿Y la cereza del pastel? "¿Qué piensas hacer?" Y ahí, Spacey, con una chispa que demuestra que todavía le queda pelea en el cuerpo, dice: "Volver a montarme en el caballo."
Puedes ver parte de la entrevista más abajo, donde Kevin Spacey dice que tuvo que incluso vender su casa para pagar a sus abogados.
Ahora, reflexionemos, mis queridos lectores. Kevin Spacey no es cualquier fulano; es un actor que ha estado en la cima del mundo. Que ahora lo veamos luchando para no ahogarse en deudas millonarias nos recuerda que, no importa cuánto subas, la caída puede ser dura.
¿Qué opinan ustedes? ¿El tipo tiene lo que se necesita para volver a levantarse o ya está contando los días antes del toque de campana final?
En cuanto a Piers Morgan, digamos que logró otra de esas entrevistas donde los secretos salen a la luz y el drama está garantizado.
¿Esperaban menos? Yo no. Así que, mientras Spacey limpia sus lágrimas y Morgan busca a su próximo objetivo, nos quedamos con esta joyita de momento televisivo
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