Olvida la idea de que un accidente cerebrovascular (ACV) solo amenaza a los mayores de 60. Recientes investigaciones, publicadas en las prestigiosas revistas The Lancet y la American Heart Association, sacuden la percepción obsoleta de que los jóvenes están a salvo de estos ataques. ¿La sorpresa? Cada vez más adultos jóvenes y mujeres se encuentran en la línea de fuego.
¿Por qué de repente el ACV se fijó en los más jóvenes? Bueno, no es que de repente se haya vuelto más joven de un día para otro. Aunque entre 1990 y 2021 las tasas ajustadas por edad disminuyeron, algo cambió a partir de 2015.
En el último lustro, la incidencia en jóvenes creció y la reducción de la mortalidad ya no avanza con la misma rapidez. ¡La juventud ya no es un escudo!
La marihuana aumenta el riesgo de ACV en jóvenes
El estrés y el sedentarismo: enemigos invisibles
Desde la contaminación ambiental hasta el estrés diario, la lista de factores de riesgo es tan larga como la fila del banco un lunes por la mañana. Y, oh sorpresa, los viejos conocidos como hipertensión, diabetes y colesterol alto no se quedan atrás. ¡Qué fiesta de riesgos! Según el neurólogo Sebastián Ameriso, no es solo cuestión de genética. Las diferencias socioeconómicas y las disparidades ambientales también juegan su papel en este drama de la salud.
¿Sabías que el subdiagnóstico del ACV en mujeres es un problema real? El viejo estereotipo de que solo los hombres mayores de 70 años deben preocuparse por un ACV causó que muchas mujeres no reciban el diagnóstico correcto a tiempo. ¡Vaya injusticia! Además, las mujeres tienen un mayor riesgo de mortalidad y más probabilidades de secuelas a largo plazo. Quizás sea hora de cambiar ese "identikit" del ACV.
La presión arterial elevada aumenta la posibilidad de ACV
Un llamado a la acción: prevenir antes que lamentar
La prevención es la clave, amigos. Y no hablo solo de evitar el azúcar y hacer ejercicio (aunque eso ayuda). Cada vez es más importante ampliar los programas de manejo para factores de riesgo y mejorar el acceso a servicios de salud. Si logramos que el control de la hipertensión alcance al 50% de la población en lugar del 36% actual, podríamos evitar miles de muertes. ¿No suena eso como un buen plan?
El ACV se ha convertido en una de las principales causas de muerte, junto con el COVID-19 y la cardiopatía isquémica. Durante la pandemia, la mortalidad por ACV se mantuvo estable, pero los casos y los años vividos con discapacidad aumentaron. ¡Necesitamos fortalecer nuestros servicios de salud! La prevención primaria y secundaria no son opcionales, son imprescindibles.
Mujeres y jóvenes: una llamada de atención
Las mujeres jóvenes enfrentan un aumento desproporcionado en los casos de ACV. Factores hormonales, como el uso de anticonceptivos y embarazos complicados, sumados a condiciones como hipertensión, obesidad y diabetes, complican el panorama. Además, enfrentan barreras específicas para obtener un diagnóstico adecuado. ¡Es hora de que esto cambie!
Los jóvenes, sin embargo, no están exentos de riesgo. El estudio de la Asociación Estadounidense del Corazón nos recuerda que hasta el 50% de los accidentes cerebrovasculares en adultos jóvenes son de origen desconocido. ¡Sí, desconocido! La migraña y otros factores no tradicionales pueden ser los culpables ocultos.
En resumen, no importa la edad, el ACV no discrimina. La prevención, la educación y el fortalecimiento de políticas públicas son esenciales. No podemos esperar a que la tendencia se convierta en norma. ¿Qué opinas? ¿Estamos listos para enfrentarlo?