Contenido
- Un cuerpo en transición: qué pasa y por qué no estás “exagerando” 😉
- Huesos, músculos y corazón: tu tríada de poder
- Mente, sueño y deseo: salud integral que también cuenta
- Plan de acción en 30 días: empieza hoy y ajusta sobre la marcha 💪
- Tus dudas o consultas al Asistente
Un cuerpo en transición: qué pasa y por qué no estás “exagerando” 😉
Tu cuerpo cambia a su propio ritmo, no al de los mitos. En la perimenopausia y la menopausia, bajan estrógenos y progesterona y eso sacude varios sistemas: huesos, músculos, corazón, intestino, piel, cerebro, sueño y sexualidad. No son “cosas de la edad”. Son cambios reales con impacto en tu vida diaria y en tu salud futura.
Dato curioso: la mayoría llega a la menopausia alrededor de los 51 años, pero la transición puede empezar 4 a 10 años antes. En ese período, los síntomas suben y bajan como montaña rusa. ¿Te suena?
En charlas que doy, suelo preguntar: ¿qué te preocupa más hoy, los sofocos o el cerebro nublado? Casi siempre gana el “cerebro nublado”. Tranquila: no te estás “volviendo distraída”. El cerebro escucha a las hormonas.
Claves que solemos pasar por alto
- La pérdida ósea se acelera desde unos 2 años antes de tu última regla y hasta 5 años después. Hueso que no cargas, hueso que se va.
- La fuerza muscular cae si no la entrenas; la llamamos sarcopenia, y trae cansancio, caídas y más grasa abdominal.
- Cambia la distribución de la grasa y sube el colesterol; el riesgo cardiovascular ya no es “asunto de otros”.
- El microbioma intestinal se altera, y con él la inflamación y la absorción de nutrientes.
- El sueño se rompe. Y sin sueño, todo se vuelve más difícil.
- El síndrome genitourinario de la menopausia aparece: sequedad, ardor, dolor, urgencia urinaria. No es “normalizarlo y aguantar”.
- Haz fuerza y pesas al menos 3 veces por semana. Caminar sirve para el corazón, pero no alcanza para el hueso.
- Apunta a 1.0–1.2 g de calcio al día y suficiente vitamina D. Sol, chequeos y, si hace falta, suplementos.
- Entrena equilibrio: yoga, tai chi, “caminar sobre línea” en casa. Menos caídas, menos fracturas.
- En casos seleccionados, la terapia hormonal puede ayudar con el hueso. Tu médica debe evaluarlo en forma personalizada.
Músculo: tu póliza metabólica
- Meta simple: 2–4 sesiones de fuerza + 150–300 min de cardio moderado por semana.
- Proteína diaria: 1.2–1.6 g/kg de peso, repartida en 3–4 comidas. Añade legumbres, huevos, pescado, lácteos o alternativas.
- Un dato que adoro: el músculo responde a cualquier edad. Nunca es tarde para ganar fuerza.
Corazón en foco
- Deja el tabaco. Reduce alcohol. Controla presión, glucosa y lípidos cada año.
- No uses terapia hormonal para “prevenir” enfermedad cardíaca de forma general. Puede considerarse en casos específicos y con control médico.
- Cintura objetivo: por debajo de 88 cm ayuda a bajar riesgo metabólico.
Mente, sueño y deseo: salud integral que también cuenta
He acompañado a muchas mujeres que decían “estoy irritable, no me reconozco”. Los cambios hormonales se mezclan con la vida real: trabajo, familia, duelos, logros. Todo junto pesa.
Ánimo y cerebro
- La bajada de estrógenos puede favorecer depresión y ansiedad, o agravar las previas. Pide ayuda pronto; no esperes a “que pase”.
- La terapia cognitivo-conductual funciona. El ejercicio regular también. A veces, antidepresivos ayudan y, de paso, bajan los sofocos.
- “Niebla mental”: suele ser transitoria. Protege tu cerebro con retos cognitivos, vínculos sociales y una dieta tipo mediterránea. Si tu menopausia llegó antes de los 45 o tienes antecedentes familiares de demencia, consulta para un plan preventivo.
Dormir bien no es un lujo
- Rutina constante, habitación fresca, menos pantallas y cafeína después del mediodía.
- La terapia cognitivo-conductual para insomnio es oro. Y el ejercicio, aunque sea ligero, mejora el descanso.
- Sofocos nocturnos intensos: habla sobre terapia hormonal o alternativas como gabapentina u otros fármacos, según tu caso.
Salud sexual y piso pélvico
- Sequedad y dolor: los estrógenos locales intravaginales y la DHEA mejoran el tejido y reducen infecciones urinarias. Añade lubricantes y humectantes.
- La fisioterapia del suelo pélvico cambia vidas. Literal.
- Bajo deseo: trabaja comunicación en pareja, mindfulness y ejercicios de enfoque sensorial. En casos puntuales, se valora testosterona con control profesional.
- Evita irritantes: jabones perfumados, duchas vaginales, exceso de cafeína si te dispara urgencia.
Pequeña anécdota clínica: una paciente que corría maratones se sorprendió al ver que, con estrógeno vaginal y ejercicios de piso pélvico, bajaron sus urgencias urinarias más que con ningún “té mágico”. Ciencia 1 – Mito 0.
Los mejores ejercicios para hacer después de los 60 años
Plan de acción en 30 días: empieza hoy y ajusta sobre la marcha 💪
- Semana 1
- Pide turnos: control clínico, presión, glucosa, perfil lipídico y plan de ejercicio. Si tienes factores de riesgo, pregunta por densitometría.
- Cocina simple: verduras en la mitad del plato, legumbres 3 veces por semana, fibra 25–30 g al día, un fermentado diario (yogur, kéfir, kimchi).
- Higiene del sueño básica y registro de sofocos. ¿Qué los dispara?
- Semana 2
- Suma 2 días de fuerza. Empieza con cuerpo libre y bandas elásticas.
- Revisa proteína: agrega una porción en cada comida.
- Limita alcohol a lo mínimo. Deja tabaco si fumas. Pide ayuda si lo necesitas.
- Semana 3
- Entrena equilibrio 10 minutos al día.
- Agenda vida social y placer. Sí, lo pongo como tarea terapéutica.
- Si hay dolor sexual o sequedad, consulta por terapia local. Nada de “aguantar”.
- Semana 4
- Ajusta el plan: ¿qué te funcionó? ¿qué te costó? Cambia, no abandones.
- Revisa estrés: 5–10 minutos de respiración lenta o meditación. Tu sistema nervioso te lo agradece.
- Define metas trimestrales: fuerza que quieres levantar, horas de sueño, pasos razonables.
Señales que ameritan consulta pronto
- Sangrados anormales, dolor pélvico o pérdida de peso sin explicación.
- Depresión persistente, ansiedad que no cede, ideación suicida.
- Sofocos o sudoraciones nocturnas que arruinan tu vida diaria.
- Infecciones urinarias repetidas, dolor sexual que no mejora.
Extras que suman y casi nadie menciona
- Piel y colágeno: los estrógenos bajan y la piel lo nota. Fotoprotección, retinoides tópicos y proteína suficiente hacen diferencia.
- Articulaciones: el dolor articular mejora con movimiento regular y fuerza. A veces, pequeños cambios en calzado y técnica al caminar alivian más que una pastilla.
- Dientes y encías: la salud bucal se relaciona con el corazón. Agenda tu control.
Te dejo una pregunta para cerrar: si eligieras una sola acción esta semana, ¿cuál te acercaría más a la vida que quieres en esta etapa?
Yo elijo acompañarte con evidencia, humor y realismo. No estás sola en esta travesía. Tu cuerpo cambia, sí. Tú decides cómo lo cuidas y cómo habitas esta versión de ti. Y esa es la parte poderosa de la historia ✨
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