Contenido
- Una secuela inesperada
- Un musical que desafía la lógica
- Un desastre calculado
- Un final agónico
- Tus dudas o consultas al Asistente
Una secuela inesperada
Cuando escuché que se venía una secuela de 'Joker', pensé: "¡Genial! ¡Más locura!" Pero al ver 'Joker: Folie à Deux' se me quedó la cara de un meme de decepción.
¿Cómo un filme que fue un fenómeno cultural puede convertirse en un espectáculo tan, digamos, kamikaze? Aquí no hay un héroe, ni una risa, y mucho menos un sentido. Joaquin Phoenix y Lady Gaga se lanzan al abismo, pero ¿realmente hay algo que los salve?
En 'Joker', Todd Phillips logró que nos sumergiéramos en la mente torturada de Arthur Fleck, un payaso que soñaba con ser comediante en una sociedad que lo ignoraba.
La película resonó en un contexto social tenso. La realidad se entrelazó con la ficción de tal manera que muchos de nosotros pensábamos: "Esto podría ser un reflejo de nuestra propia locura". Pero, ¿qué pasó aquí?
Un musical que desafía la lógica
De entrada, el concepto de un musical basado en el universo de 'Joker' me dejó rascándome la cabeza. ¿Un musical? ¡En serio! ¿Qué sigue? ¿Un 'Joker: La Comedia Musical'? La idea de ver a Phoenix en un número musical es como imaginar a un pez volando. La premisa de 'Folie à Deux' sugiere una conexión entre dos locuras, pero lo que realmente siento es que los personajes se quedan en una especie de limbo emocional.
Los números musicales intentan ofrecer un respiro de la dura realidad de la vida en prisión, pero en lugar de ser un escape, se convierten en una tortura. ¿Alguien más se sintió así? ¿O fui solo yo? La química entre Phoenix y Gaga es tan inexistente que parece que ambos están en planetas diferentes.
Un desastre calculado
La película se siente como un experimento fallido. ¿Es una crítica a Hollywood? ¿Un grito de libertad creativa? O, peor aún, ¿realmente se pensó que esto funcionaría? Los elementos musicales, judiciales y amorosos no encajan en un rompecabezas que ya de por sí es confuso. Todo lo que brillaba en la primera entrega parece aquí desvanecerse en un mar de pretensiones.
Si 'Joker' fue un viaje a la locura, 'Folie à Deux' se siente como un paseo sin rumbo. La atmósfera alucinatoria que antes nos mantenía pegados a la pantalla se convierte en un sinfín de caricaturas que intentan, sin éxito, captar nuestra atención.
La repetitividad de las actuaciones de Phoenix se siente como un eco interminable y, honestamente, cansa. ¿Cuántas veces más podemos ver a un hombre gritar su dolor?
Un final agónico
La conclusión de esta película se siente como un suspiro de agotamiento. No hay redención, ni sentido, solo un acto sacrificial que, al final del día, parece vacío. Si alguna vez hubo una intención de hacer algo audaz y provocador, se ha perdido en el caos de una narrativa que no sabe a dónde va.
'Joker: Folie à Deux' es una experiencia que deja a uno preguntándose: ¿esto es lo que realmente queríamos? La respuesta es un sonoro "no". Quizás deberíamos haber dejado a Arthur Fleck en su mundo, donde su locura y soledad resonaban con todos nosotros.
En conclusión, esta secuela parece más un ejercicio de autocrítica fallido que una celebración de su predecesora. Así que, ¿mejor nos quedamos con la primera y olvidamos esta? ¡Yo digo que sí!
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