Contenido
- ¿Todo el pescado que comemos tiene mercurio?
- Qué es el metilmercurio y cómo termina en tu plato
- Los cuatro pescados que es mejor evitar por su alto contenido en mercurio
- Pescados con poco mercurio que puedes comer con tranquilidad
- Recomendaciones especiales para embarazadas, niños y población vulnerable
- Cómo elegir pescado seguro sin volverte loco en el supermercado
- Tus dudas o consultas al Asistente
¿Todo el pescado que comemos tiene mercurio?
Sí.
Prácticamente todo el pescado que llega a tu plato contiene algo de metilmercurio. Suena dramático, lo sé, pero respira hondo 😅
La clave está aquí:
- Todos los pescados contienen mercurio en pequeñas cantidades.
- Solo unas pocas especies acumulan niveles realmente preocupantes.
- La mayoría de los pescados siguen siendo seguros y muy saludables.
Piensa en el mercurio como en el polvo de la casa. Siempre hay un poco, pero eso no significa que vivas en una cueva olvidada por la civilización. El problema llega cuando dejas que se acumule.
Y con el pescado pasa igual:
lo que importa no es solo si tiene mercurio, sino cuánto, con qué frecuencia lo comes y quién lo come.
Qué es el metilmercurio y cómo termina en tu plato
El viaje del mercurio es una historia muy poco romántica pero bastante fascinante:
- Se libera desde volcanes, la quema de carbón y petróleo, minería, industrias y la incineración de residuos.
- Llega a ríos, lagos y océanos, y allí lo transforman en metilmercurio muchos microorganismos.
- Ese metilmercurio se acumula en pequeños organismos, luego en peces más grandes que se los comen, y así sucesivamente.
- Mientras más grande y más viejo es el pez, más mercurio acumula.
Ese proceso se llama
bioacumulación. Traducido:
pez pequeño come poquito mercurio, pez grande come muchos peces pequeños y se queda con todo el mercurio. Y luego llegamos nosotros con la sartén.
¿Por qué preocupa tanto el metilmercurio?
- Afecta sobre todo al sistema nervioso.
- Puede dañar el desarrollo cerebral del feto y de los niños pequeños.
- Puede causar temblores, problemas de memoria y dificultades cognitivas si la exposición se mantiene alta durante mucho tiempo.
Los grupos más vulnerables:
- Mujeres embarazadas 🤰 o que quieren estarlo pronto.
- Madres lactantes.
- Bebés y niños pequeños 👶.
Para el resto de la población, el objetivo no es entrar en pánico, sino
aprender a elegir bien el pescado.
Dato curioso:
En la famosa tragedia de Minamata, en Japón, una fábrica vertió mercurio al mar durante años. Las personas que comían pescado de esa zona desarrollaron graves problemas neurológicos. Desde entonces, el mundo toma muy en serio el metilmercurio en el pescado.
Los cuatro pescados que es mejor evitar por su alto contenido en mercurio
Aquí viene lo que te interesa para la compra.
Según distintas agencias de seguridad alimentaria, incluida la europea,
solo unas pocas especies resultan muy problemáticas, sobre todo para embarazadas, niños y madres lactantes.
En la práctica, hay
cuatro tipos de pescado que conviene evitar en estos grupos:
- Pez espada o emperador (Xiphias gladius) 🗡️
Pez grande, depredador, vive muchos años y come otros peces. Resultado: acumula mucho metilmercurio.
- Atún rojo (Thunnus thynnus)
No es el atún de lata típico, sino el atún grande que se suele consumir fresco o en preparaciones tipo sushi de alta gama. Cuanto más grande el atún, más mercurio.
- Tiburones grandes
Por ejemplo, especies comerciales como:
- Marrajo (Isurus oxyrinchus)
- Tintorera o tiburón azul (Prionace glauca)
- Cazón (Galeorhinus galeus, y especies afines)
Son superdepredadores, están en la cima de la cadena trófica y acumulan mucho mercurio.
- Lucio (Esox lucius)
Un depredador de agua dulce muy común en lagos y ríos de ciertas zonas templadas. También vive bastante tiempo y come otros peces.
Para
embarazadas, madres lactantes, bebés y niños pequeños, las recomendaciones más prudentes suelen ser:
- Evitar por completo estas cuatro opciones.
- Elegir pescados más pequeños y de vida corta.
Para adultos sanos en general, muchas autoridades permiten consumo ocasional de estos pescados, pero si te los ahorras, tu cabeza dormirá más tranquila.
Y ahora la pregunta que ronda por redes sociales:
¿Atún o atún claro en lata?
Las comparaciones que circulan muchas veces se apoyan en categorías comerciales que cambian según el país. Además, entre latas reales de atún las diferencias concretas en mercurio varían mucho.
Conclusión: obsesionarte con la etiqueta de “atún” frente a “atún claro” no te aporta tanta seguridad como crees. Importa más:
- Cuánta cantidad comes a la semana.
- Qué otros pescados incluyes en tu dieta.
- Si perteneces a un grupo de riesgo o no.
Pescados con poco mercurio que puedes comer con tranquilidad
Aquí viene la parte buena:
la mayoría de los pescados habituales entran en la zona de tranquilidad ✅
En general, tienen poco mercurio:
- Pescados azules pequeños:
- Sardina (Sardina pilchardus)
- Anchoa o boquerón (Engraulis encrasicolus)
- Arenque (Clupea harengus)
- Sardinela (Sardinella spp.)
Estos viven poco tiempo y comen bajo en la cadena trófica.
- Pescados blancos:
- Bacalao (Gadus morhua)
- Merluza o pescadilla (Merluccius spp.)
- Abadejo o colín de Alaska (Pollachius virens o Gadus chalcogrammus, según zona)
- Lenguado europeo (Solea solea)
- Dorada (Sparus aurata)
- Lubina o róbalo (Dicentrarchus labrax)
- Truchas de piscifactoría, por ejemplo trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss)
- Otros pescados azules moderados:
- Caballa o macarela atlántica (Scomber scombrus)
- Jurel o chicharro (Trachurus trachurus y especies afines)
- Salmón atlántico de cultivo (Salmo salar)
- Salmón del Pacífico, por ejemplo salmón rojo o plateado (Oncorhynchus spp.)
- Mariscos y cefalópodos:
- Mejillón (Mytilus spp.)
- Almejas y chirlas (familia Veneridae)
- Berberechos (Cerastoderma edule y afines)
- Gambas y langostinos (familias Penaeidae y afines)
- Calamar (Loligo spp.)
- Pulpo (Octopus vulgaris y especies relacionadas)
- Sepia o choco (Sepia officinalis y similares)
Los mariscos suelen tener niveles de mercurio bajos, aunque aportan otros nutrientes que conviene equilibrar.
En muchos países, las agencias de seguridad alimentaria recomiendan:
- De 3 a 4 raciones de pescado a la semana para la población general.
- De 2 a 3 raciones semanales en embarazadas, siempre escogiendo las especies de menor mercurio.
Dato curioso nutricional:
Algunos de estos pescados, como el salmón, las sardinas o la caballa, aportan grandes cantidades de
omega 3
Recomendaciones especiales para embarazadas, niños y población vulnerable
Si estás embarazada, das pecho o tienes niños pequeños cerca de la mesa, te conviene aplicar un filtro extra.
Para embarazadas y mujeres que planean estarlo:
- Evita:
- Pez espada o emperador (Xiphias gladius).
- Atún rojo grande (Thunnus thynnus).
- Tiburones grandes como marrajo, tintorera o cazón.
- Lucio (Esox lucius).
- Limita el atún en lata a una cantidad moderada a la semana, según la recomendación de tu país.
- Prioriza:
- Salmón, sardinas, anchoas, arenques.
- Pescados blancos como merluza, bacalao, dorada, lenguado.
- Marisco variado con moderación.
Para bebés y niños pequeños:
- Introduce el pescado poco a poco, según indiquen las guías pediátricas de tu país.
- Usa principalmente:
- Pescados blancos suaves, sin espinas grandes.
- Salmón bien cocinado.
- Pequeños pescados azules en preparaciones adaptadas.
- Evita por completo los cuatro pescados de alto mercurio durante la infancia temprana.
Para personas con enfermedades neurológicas o renales, o con una dieta muy alta en pescado, resulta prudente comentarlo con el profesional de salud. A veces vale la pena ajustar:
- La frecuencia de consumo.
- Los tipos de pescado.
Cómo elegir pescado seguro sin volverte loco en el supermercado
Vamos con las reglas simples, de las que sí te ayudan en la vida real cuando te plantas frente al mostrador con cara de “¿y ahora qué compro?” 😅
Regla 1: cuanto más pequeño el pez, menos mercurio suele tener
- Boquerón, sardina, caballa pequeña, jurel, son buenos amigos.
- Los gigantes del mar suelen venir con “extra de mercurio”.
Regla 2: rota especies
No comas siempre lo mismo.
- Alterna pescados blancos, azules y mariscos.
- Así diluyes posibles contaminantes y aprovechas distintos nutrientes.
Regla 3: no te obsesiones con microdetalles de la etiqueta
La guerra entre “atún” y “atún claro” genera más ruido que soluciones.
- Céntrate en:
- Elegir más a menudo pescados de bajo mercurio.
- Respetar las raciones semanales recomendadas.
- Ajustar un poco más si estás embarazada o das pecho.
Regla 4: el pescado sigue valiendo la pena 🐠
A pesar del mercurio, los estudios muestran que:
- Las personas que comen pescado con regularidad, sobre todo variedades ricas en omega 3, suelen tener menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
- En embarazo, el consumo adecuado de pescado se asocia a mejor desarrollo neurológico del bebé, siempre que evites las especies muy contaminadas.
Regla 5: confía en reglas sencillas
Si quieres un resumen ultra práctico:
- Come pescado unas 3 a 4 veces por semana, variado.
- Prioriza sardinas, salmón, merluza, bacalao, pescados blancos y mariscos.
- Evita pez espada, tiburones grandes, atún rojo y lucio si hay embarazadas o niños pequeños en casa.
- No te dejes llevar por alarmas virales que hablan solo de un tipo de lata sin contexto.
Y una última reflexión:
El problema del mercurio en el pescado existe, pero la solución no exige un máster en toxicología. Solo necesitas algunas ideas claras, algo de sentido común y un poquito de espíritu crítico frente a lo que ves en redes.
Tu plato puede seguir llenándose de pescado rico, seguro y nutritivo. Y tú puedes seguir disfrutando del sabor sin que el metilmercurio te quite el sueño… ni el apetito 😉
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