¿Sabías que mirar flores reduce el estrés y mejora tu estado de ánimo?

Diversos estudios han demostrado que la simple contemplación de flores puede inducir un estado de relajación, reduciendo el estrés y promoviendo una sensación de bienestar.

Cómo reducir el estrés de manera sencilla

Uno de los aspectos más fascinantes de las flores es su capacidad para influir en nuestro estado emocional. Investigaciones realizadas en 2020 revelaron que observar una imagen de una flor puede disminuir las emociones negativas, reducir la presión arterial alta y disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. 

Actividades como el cuidado de un jardín o la creación de arreglos florales en casa proporcionan oportunidades para practicar la atención plena, mejorando la claridad mental y la resiliencia emocional.

El Dr. Anjan Chatterjee, experto en neuroestética, señala que las flores no solo nos ofrecen placer visual, sino que también nos invitan a detenernos y reflexionar. Muchas flores siguen patrones matemáticos, como la secuencia de Fibonacci, lo que desata un sentido de asombro al observar la perfección de la naturaleza. Estos momentos de admiración ayudan a liberar químicos positivos en el cerebro, como la oxitocina, calmando el sistema nervioso y reduciendo la frecuencia cardíaca.

Fragancias que Reviven Recuerdos

Más allá de su belleza visual, el aroma natural de las flores tiene un impacto significativo en nuestras emociones. Los olores florales evocan asociaciones personales y memorias nostálgicas, accediendo a recuerdos de manera más directa que otros sentidos. Recibir flores puede ser un potente elevador del estado de ánimo.

Un estudio de la Universidad de Rutgers encontró que las mujeres que recibían flores todavía reportaban un mejor estado de ánimo incluso tres días después.

No es necesario salir de casa para disfrutar de los beneficios de las flores. La jardinería y los arreglos florales en el hogar no solo añaden belleza, sino que también crean un refugio de calma dentro de nuestras vidas ajetreadas.

Esta práctica, conocida como diseño biofílico, busca integrar la naturaleza en nuestros espacios vitales, fomentando la tranquilidad y el bienestar. Ya sea mediante un paseo por el parque, una visita a un jardín botánico o la simple tarea de organizar un ramo en casa, las flores nos ayudan a conectarnos más profundamente con el mundo que nos rodea.

La primavera es un tiempo de renacimiento y, al tomarnos el tiempo para apreciar la naturaleza, somos testigos de una nueva temporada de vida. Al hacerlo, cultivamos un sentido de maravilla que revitaliza el cuerpo y calma la mente, recordándonos que incluso en los momentos más simples, la naturaleza tiene el poder de sanar.