Contenido
- ¿Realidad o mito?
- El frío y la humedad, los sospechosos habituales
- ¿Qué nos dice la biometeorología?
- ¿Mudarse a un paraíso del clima?
- Tus dudas o consultas al Asistente
¿Alguna vez has sentido que tus rodillas te susurran al oído que se avecina una tormenta? No estás solo. Muchas personas afirman que sus articulaciones actúan como pequeños meteorólogos personales, advirtiéndoles sobre cambios climáticos antes de que el hombre del tiempo siquiera se entere. Pero, ¿qué tan cierto es esto?
¿Realidad o mito?
Para muchos, los días lluviosos y húmedos son sinónimos de molestias articulares. Especialmente quienes conviven con enfermedades reumáticas como la artritis, afirman que el clima les juega malas pasadas. Sin embargo, la ciencia aún se encuentra en un enredo intentando descifrar si el clima realmente tiene el poder de desencadenar estos dolores.
La conexión entre el clima y el dolor articular sigue siendo un enigma sin resolver. Aunque muchos estudios han señalado a la presión atmosférica como el principal culpable, todavía no hay un veredicto definitivo. A medida que la presión barométrica cae, los tejidos que rodean las articulaciones pueden expandirse, generando esa sensación tan poco placentera. Curioso, ¿no?
El frío y la humedad, los sospechosos habituales
No podemos olvidar a los viejos conocidos: el frío y la humedad. En 2023, un metaanálisis chino puso de manifiesto que quienes padecen artrosis sufren más en ambientes húmedos y fríos. Y no es el único estudio que apunta en esa dirección. En 2019, una investigación británica respaldada por la Arthritis Foundation también encontró vínculos entre el dolor articular y el clima húmedo y con bajas temperaturas.
Además, el frío y la humedad nos ponen en modo "sofá y manta", reduciendo nuestra actividad física. Esa falta de movimiento puede hacer que las articulaciones se sientan más rígidas y dolorosas. Así que, ¡a moverse, aunque sea un poco!
¿Qué nos dice la biometeorología?
La biometeorología, la disciplina que analiza cómo el clima afecta nuestra salud, ofrece algunas pistas. Según Bea Hervella, de la AEMET, nuestro querido hipotálamo podría tener un papel crucial. En condiciones de alta humedad, nuestro sistema de sudoración se ve afectado, dificultando la regulación térmica y exacerbando ciertos síntomas. ¡El cuerpo humano es toda una caja de sorpresas!
Enfermedades como la artritis reumatoide y la artrosis muestran que la sensibilidad al clima puede variar mucho entre individuos. Concha Delgado, del Hospital Lozano Blesa, sugiere que los cambios climáticos locales podrían ser más influyentes que el clima general. Parece que, al igual que con el café, cada uno tiene su "clima justo".
¿Mudarse a un paraíso del clima?
A muchos les tienta la idea de empacar y mudarse a un lugar seco y cálido, pensando que así dejarían atrás sus dolores articulares. Pero los expertos advierten que, antes de dar ese gran paso, es crucial sopesar pros y contras. Si decides quedarte donde estás, hay estrategias que pueden ayudar a mitigar los efectos climáticos en tus articulaciones.
El dolor articular relacionado con el clima es un fenómeno intrigante que mezcla factores físicos y conductuales. Aunque la ciencia aún no ha descifrado todo el rompecabezas, comprender estos factores y adoptar medidas de cuidado podría mejorar significativamente la calidad de vida de quienes lo experimentan. Así que la próxima vez que tus rodillas te avisen de una tormenta, ¡quizás solo quieren que te cuides un poco más!
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