El mundo se enfrenta a una crisis de salud pública que avanza silenciosamente y amenaza con revertir décadas de progreso médico: la resistencia antimicrobiana (RAM).
Un estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet estima que más de 39 millones de personas podrían morir en las próximas décadas debido a infecciones que los antibióticos ya no pueden tratar de manera efectiva.
Este alarmante pronóstico, que abarca 204 países y territorios, destaca un aumento significativo de muertes relacionadas con la RAM, especialmente entre las personas mayores de 70 años.
La resistencia a los antimicrobianos no es un fenómeno nuevo, pero ha adquirido una gravedad que no se puede ignorar.
Desde la década de 1990, los antibióticos que una vez revolucionaron la medicina moderna han perdido eficacia, en gran parte debido a la adaptación de las bacterias y al uso excesivo de estos medicamentos sin seguir las indicaciones médicas.
La RAM ocurre cuando los patógenos evolucionan y se vuelven inmunes a los tratamientos actuales, lo que hace que infecciones comunes, como la neumonía o las infecciones postoperatorias, sean nuevamente mortales.
Impacto Desproporcionado en los Adultos Mayores
El nuevo estudio del Proyecto de Investigación Global sobre Resistencia a los Antimicrobianos (GRAM) ha revelado que las muertes anuales por RAM han aumentado drásticamente, con más de un millón de personas que murieron en 2021 debido a infecciones resistentes.
Se estima que, si las tendencias actuales continúan, las muertes anuales por RAM crecerán un 70% para 2050, alcanzando aproximadamente 1,91 millones.
Los adultos mayores son el grupo más vulnerable, con un aumento del 80% en las muertes por infecciones resistentes en este grupo etario entre 1990 y 2021, y se espera que esta cifra se duplique en las próximas décadas.
La preocupación es aún mayor en regiones como el norte de África y el Oriente Próximo, donde se prevé que las muertes relacionadas con la RAM en personas mayores aumenten en un asombroso 234%.
La comunidad médica advierte que, a medida que la población envejece, la amenaza de infecciones resistentes aumentará drásticamente, lo que podría comprometer gravemente la atención médica en estas áreas.
La Necesidad de Estrategias Urgentes
Expertos de la salud, como el Dr. Stein Emil Vollset, han enfatizado la urgencia de implementar nuevas estrategias para mitigar el riesgo de infecciones graves. Esto incluye el desarrollo de vacunas, nuevos medicamentos, y la mejora del acceso a los antibióticos existentes.
Luis Ostrosky, jefe de enfermedades infecciosas en UTHealth Houston, ha señalado que la medicina moderna depende en gran medida de los antibióticos para procedimientos rutinarios como cirugías y trasplantes.
La creciente resistencia significa que infecciones previamente tratables están saliendo de control, lo que nos coloca en "un tiempo muy peligroso".
El informe de The Lancet revela que, sin acciones inmediatas, esta crisis podría desencadenar una catástrofe sanitaria global. Sin embargo, también se identifican intervenciones que podrían salvar hasta 92 millones de vidas entre 2025 y 2050, lo que subraya la importancia de actuar ahora.
Hacia una Era Posantibiótica
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la proyección de que estamos entrando en lo que se denomina la era posantibiótica, un periodo en el que las infecciones bacterianas podrían no responder a los medicamentos actuales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la resistencia antimicrobiana como una de las 10 principales amenazas para la salud de la humanidad. Infecciones que alguna vez se controlaban con antibióticos, como la neumonía y la tuberculosis, podrían nuevamente convertirse en causas comunes de muerte si no se desarrollan nuevos tratamientos.
Aunque la pandemia de COVID-19 trajo una disminución temporal en las muertes por RAM debido a medidas de control de enfermedades, los expertos advierten que esta caída es solo un alivio momentáneo y no aborda la problemática subyacente.
La resistencia antimicrobiana es un desafío que requiere atención urgente y acción coordinada para salvaguardar la salud pública y preservar los avances médicos logrados hasta ahora.