Contenido
- ¿Tu refrigerador es amigo o enemigo?
- El termómetro: tu superhéroe olvidado
- Enemigos invisibles: la Listeria y sus amigos
- Tus dudas o consultas al Asistente
¿Tu refrigerador es amigo o enemigo?
¿Te has preguntado alguna vez si tu refrigerador realmente cuida tu salud o si, sin querer, la pone en peligro? No exagero: la nevera puede ser como ese amigo que parece confiable, pero en realidad deja pasar a los peores invitados a tu fiesta. Si no controlas bien la temperatura o si guardas los alimentos como si estuvieras jugando al Tetris, puedes crear el paraíso de las bacterias. Y créeme, esas sí que saben divertirse, pero a costa de tu bienestar.
El termómetro: tu superhéroe olvidado
La mayoría de la gente piensa que basta con enchufar el refrigerador y listo, pero la cosa no es tan simple. Según varios expertos, como Oleksii Omelchenko y Judith Evans, muchos refrigerador domésticos rondan los 5,3°C. ¿Sabías que ese pequeño decimal puede marcar la diferencia entre la seguridad y una intoxicación? El rango seguro va de 0 a 5°C. Si te pasas, las bacterias se frotan las manos (o lo que sea que tengan) y empiezan la fiesta.
¿Y el termostato? Sorpresa: muchos de nosotros no tenemos idea de qué significan esos números. ¿Del 1 al 7? ¿Más frío es el 7? ¿O el 1? Misterios de la humanidad. Además, los sensores suelen medir la temperatura en un solo punto. Imagina que solo te miras un dedo para saber si tienes fiebre. No funciona, ¿verdad? Por eso, los expertos recomiendan usar varios termómetros en diferentes rincones del refrigerador. Si uno marca más de 5°C, toca ajustar.
Dato curioso: un estudio demostró que el 68% de los hogares jamás ajusta la temperatura del refrigerador . Así que si la tuya sigue igual desde que la compraste, no estás solo.
No se trata solo de temperatura. El orden importa. Si pones la carne cruda arriba y el yogur abajo, puedes terminar con un batido de bacterias. Siempre coloca carnes y pescados abajo, para evitar que los jugos se deslicen y contaminen todo a su paso. Deja los alimentos listos para comer en la parte superior. Y no, no es solo por orden, es por salud.
Y aquí va una verdad incómoda: hay alimentos que jamás deberían pisar el refrigerador. Tomates, miel, papas, frutos secos... Mejor en un lugar fresco y seco. Así liberas espacio y el aire frío circula mejor.
¿Quieres que tu refrigerador funcione como una campeona? Llénala hasta un 75%. Si lo dejas vacía, el frío se escapa; si lo atasco, el aire no circula. Sí, la nevera también tiene sus caprichos.
¿Cada cuánto limpiar el refrigerador del hogar?
Enemigos invisibles: la Listeria y sus amigos
Hasta el refrigerador más limpia puede ser el escondite perfecto para algunos patógenos. La Listeria monocytogenes, por ejemplo, sobrevive alegremente en bajas temperaturas. Si eres fan de los quesos blandos, pescados ahumados o sándwiches listos para comer, ojo, ahí puede estar acechando.
¿Mi consejo de periodista obsesionado con la comida sana? No confíes solo en tu nariz. Muchas bacterias peligrosas como la Salmonella y la propia Listeria no huelen, no se ven ni hacen ruidos sospechosos. Así que si tu única prueba de seguridad es oler el fiambre, mejor piénsalo dos veces.
¿Eres de los que deja la comida fuera del refrigerador y luego la vuelve a guardar? Intenta consumirla en menos de cuatro horas. Y, por favor, lava tus manos como si fueras cirujano antes y después de manipular alimentos. No es exageración, es prevención.
¿Ves lo fácil que es transformar tu refrigerador de villano a héroe? Solo necesitas un poco de ciencia, algo de sentido común y, quizá, ese termómetro que tienes olvidado en el cajón.
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