Imagínate esto: te despiertas y tu pareja te dice que anoche te comportaste como un Casanova en sueños. Pero tú, ni enterado. La sexsomnia es un trastorno del sueño que pertenece a las parasomnias, ese grupo de alteraciones que nos hacen hacer cosas raras mientras soñamos.
Aunque suena como el nombre de una película de ciencia ficción, este fenómeno es real y genera comportamientos sexuales mientras la persona está en los brazos de Morfeo.
Lo curioso de este asunto es que, a pesar de parecer despiertos, con los ojos abiertos y todo, quienes sufren de sexsomnia están tan dormidos como un oso en invierno. Los episodios pueden ir desde caricias hasta momentos más íntimos, pero al amanecer, el afectado no recuerda nada. ¡Imagínate la sorpresa!
¿Qué activa la sexsomnia? ¡El misterio de las noches movidas!
Los expertos en sueño se devanaron los sesos intentando descubrir qué provoca este fenómeno. Lo que encontraron es una mezcla de factores que incluye desde el ruido de la calle hasta el estrés que nos deja como un tambor listo para sonar a medianoche.
Según Keisha Sullivan, especialista en medicina del sueño, cosas como el alcohol, ciertos medicamentos y hasta un mal día pueden ser suficientes para que la sexsomnia entre en acción.
A veces, el diagnóstico no es fácil porque, seamos honestos, ¿a quién le gusta confesar que anda teniendo comportamientos raros mientras duerme? Muchas veces, son los compañeros de cuarto o de cama quienes dan la voz de alarma. Es como ser un detective del sueño, pero con menos glamour.
Cómo abordar la sexsomnia: la misión de dormir en paz
Tratar la sexsomnia requiere una estrategia más elaborada que una partida de ajedrez. Primero, los expertos recomiendan identificar qué nos está desvelando. La Clínica Cleveland, por ejemplo, sugiere que los cambios en el estilo de vida pueden marcar la diferencia. Esto incluye desde apagar esa pantallita brillante antes de dormir hasta respirar profundo para dejar el estrés fuera de la cama.
Además, no todo es cuestión de dormir solo; a veces, una buena charla o terapia puede ser el mejor aliado. Si la sexsomnia está causando líos en la relación, una consejería de pareja puede ayudar a calmar las aguas. Y, por supuesto, estar abierto a recibir ayuda médica especializada siempre será una buena idea.
Sexsomnia y la vida social: navegando en aguas complicadas
La sexsomnia no solo afecta al que la padece; sus ondas pueden llegar hasta la pareja y el círculo social. La gente puede sentir vergüenza, miedo al qué dirán o incluso preocuparse por cómo este comportamiento afecta a sus seres queridos. En algunos casos, las implicaciones pueden llegar hasta el ámbito legal, lo que complica aún más el panorama.
Sin embargo, no todo es un sueño oscuro. Con un diagnóstico adecuado y un tratamiento a medida, los episodios de sexsomnia pueden reducirse y, en el mejor de los casos, desaparecer.
La clave está en no dormirse en los laureles y buscar ayuda profesional. Al final del día, o más bien, al final de la noche, la comunicación y la prevención son las mejores armas para combatir este trastorno.
Así que, si alguna vez te ves atrapado en este fenómeno nocturno, recuerda: no estás solo, y la ciencia sigue investigando para que todos podamos dormir tranquilos.