Este trabajo combina la utilización de varias herramientas: respaldos, particiones, etc. para mantener nuestra PC siempre en óptimo estado, sin tener que reinstalar Windows cada vez que se vuelva lento el ordenador. Además, es una forma de mejorar el funcionamiento del sistema operativo sin tener que agregar nuevo hardware de mayor capacidad.
Este artículo está pensado para Windows 95, Windows 98, Windows ME, Windows XP, Windows Vista, Windows 7 y Windows 8, aunque podría aplicarse a otras versiones de Windows u otros sistemas operativos.
Recomiendo leer los tres artículos completos para entender bien cómo funciona lo que proponemos aquí.
Causas del deterioro del rendimiento del sistema Windows
La inevitable fragmentación de archivos cada vez que realizamos una tarea en el ordenador, retarda el acceso del disco duro a sus archivos. Siempre que pasamos algunos meses usando nuestra instalación de Windows, nos sucede lo mismo de siempre: el disco duro es cada vez más lento, y el desfragmentador no puede arreglar completamente el problema.
Las aplicaciones también presentan cierto retraso, ya que el constante cambio de configuraciones y la acumulación de archivos innecesarios que alojan en el procesador y la memoria elementos que solo complican el funcionamiento de nuestro sistema. Siempre nos gana la tentación de probar ese programa que “facilitará nuestras actividades”, aunque luego nos decepcionamos y lo desinstalamos, dejando un rastro más para entorpecer el sistema operativo.
Para más información sobre por qué Windows funciona lento, ver: Por qué Windows funciona lento
En fin, sabemos que con el simple hecho de utilizar el ordenador, se volverá cada vez más lento, aunque tratemos de cuidarlo. ¿Y como volvemos a optimizar su funcionamiento? Lo único que funciona es reinstalar Windows, y todos los programas y configuración que habíamos acumulado.
Para evitar el cansancio y hasta miedo (por la pérdida de información) que nos causa esto de instalar Windows desde cero, podemos seguir este artículo que nos facilitará la tarea. También las nuevas herramientas de las versiones actuales de Windows permiten hacer esta tarea más fácil.
La ides básica de lo que haremos es la siguiente:
-1. Instalar Windows desde cero
-2. Instalar programas básicos y actualizaciones importantes
-3. Crear una "imagen"
exacta del sistema operativo en este momento, para poder recuperarla cuando queramos. Para esto se puede utilizar un programa externo como Norton Ghost (explicado también en este artículo) o también el propio Windows cuenta con herramientas para crear imágenes de un momento exacto (a partir de Windows Vista, Windows 7 y muy mejorado en Windows 8).
Este respaldo o imagen nos servirá para restaurar de manera efectiva nuestra información en unos solos minutos cada vez que necesitemos, sin tener que reinstalar todo de nuevo. Necesitas un disco duro de 20 GB o más, con todo su espacio disponible. Puede ser el mismo donde tienes ahora tu instalación de Windows. Si tienes dos discos duros es mejor, pero te basta con uno.
Seguir leyendo:
• Instalar Windows desde cero (2da parte)
• Instalar Windows desde cero (3era parte)