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Hay parejas que no quieren tener hijos y viven con tranquilidad su decisión. Pero una situación muy distinta es cuando queriendo tenerlos, no llegan. Esto provoca sentimientos de tristeza, frustración y culpa, pudiendo incluso producir una crisis en la pareja.

Una pareja tiene problemas de fertilidad, cuando, pasados dos años de relaciones sexuales sin contracepción, no consigue el embarazo, en ese momento la pareja debe ir al médico para que determine las causas. La mayoría de las veces, el problema se puede solucionar con un tratamiento médico o mediante una intervención quirúrgica.

En el caso de que el problema tenga solución, y se opte por un tratamiento de fertilidad, es común que aparezcan síntomas de ansiedad y angustia y que se pierda interés en las relaciones sexuales, que se transformen en actividades programadas para los momentos fértiles, perdiendo espontaneidad y pasión.

El impacto emocional afecta tanto a la persona como a la pareja, y con reiteración pierden el equilibrio y llegan los reclamos.

Aceptar y buscar solución para el problema es la mejor manera para evitar el sufrimiento. También se debe comprender y contener al otro, y hablar de lo que le pasa a cada uno sin miedo ni tabúes.

Autor: Alegsa