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Cuando tienen entre 8 y 11 años, los chicos ya se comportan como prepúberes. Es entonces cuando la tarea de los padres se intensifica. Llega el momento de poner límites.
Cuando tienen entre 8 y 11 años, los chicos necesitan estableces bases de conducta para la adolescencia, relacionarse de un modo armonioso con los padres, desarrollar actividades físicas, sentirse parte de un grupo de amigos, tener mayor independencia y sentirse parte importante de la familia. Como padres, debemos poner ciertos límites. Por ejemplo, acostumbrarlos a decir dónde estarán y con quién. Si van a estudiar a la casa de un amigo, es imprescindible que informen donde irán, por una cuestión de seguridad para ellos y para sus padres.
Otra buena costumbre: hacerse un rato a diario para hablar con ellos. Para ello, será bueno armar un clima que les permita sentirse cómodos, sin que nadie imponga sus ideas por sobre las de los demás.
Un ítem más: controlar todos los días su higiene personal, con discreción. Con respecto a las chicas, es el momento de enseñar la importancia de la higiene íntima, ya que puede faltar poco para la llegada de la primera menstruación.
Autor: Alegsa