Actualmente, existen dos tecnologías que compiten directamente en el mercado de pantallas de monitores y televisores: LCD y Plasma. A continuación, algunas características, ventajas y desventajas de las mismas.
Las pantallas de plasma utilizan un gas, almacenado entre dos vidrios, que se ilumina mediante una carga eléctrica. Las de LCD poseen un cristal líquido que filtra la luz generada por la combustión de fósforo detrás de la pantalla mediante un sistema de retroalimentación. Los plasmas duraban inicialmente entre 25 y 30 mil horas, actualmente superan las 60 mil horas, una vida similar a los LCD, que rondan entre los 50 y 60 mil horas, antes de perder su brillo.
Otra importante característica es el ángulo de visión efectivo, que permite al espectador disfrutar de las imágenes en pantalla desde cualquier punto y no solo de frente. En los plasmas es de 160º mientras que en los LCD alcanza hasta los 180º.
En cuanto al color, los plasmas tienen mayor diversidad y precisión de color, brindando tonos más realistas. En tanto las imágenes en los LCD, poseen mejor contraste y colores más vivos, recreando imágenes impactantes.
Ambas tienen un perfil muy delgado, casi plano, y son muy ligeras comparadas a las pantallas CRT (tubos de rayos catódicos) de dimensiones similares.
Por encima de las 42 pulgadas, LCD y Plasma no compiten ya que ese territorio pertenece solo al Plasma ya que ofrece una mejor relación tamaño/precio.
Hay que tener en cuenta que el tamaño de la pantalla está en relación directa con las dimensiones de la habitación. Cada pulgada de pantalla wide (ancha) exige una distancia de 8cm entre el sillón y la tele. Para una tele de 42” el cálculo da 3,4 metros.