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Las mujeres tienen la presión de estar siempre espléndidas y cumplir todos los roles a la perfección. Claves para liberarse de ese mandato y ser más felices.
Muchas veces no encaramos un proyecto que deseamos por temor a que no salga tal como lo esperamos.
El solo hecho de pensar que algo puede fallar nos desalienta para avanzar, pero también nos frustra. Es posible que el perfeccionismo se haya adueñado de nosotras y nos impida focalizar en las metas reales de nuestro propósito.
Si usted tiene algunas de las siguientes tendencias puede estar buscando la perfección y eso le generará angustia y baja autoestima:
- Esperar que la gente o las situaciones no tengan imperfecciones o defectos.
- “Atascarse” en las tareas.
- Tener pensamientos automáticos orientados a la perfección.
- Tener una hipersensibilidad a la perfección.
- Tener sentimientos de vergüenza y culpa.
- Hacer una montaña de un grano de arena.
- Establecer pautas rígidas.
- Esperar lo imposible.
- Emitir juicios todo o nada.
- Exagerar lo que está en juego.
Si reconoce algunos de estos síntomas es importante que haga un trabajo interior para cambiarlos. Podemos ser felices si estamos un poco despeinadas, no conseguimos hacer todas las tareas del día o cumplir con todas las exigencias. La clave es vivir el momento presente y disfrutarlo, tener fe en uno mismo y en nuestras posibilidades y siempre reservar un tiempo para hacer lo que nos gusta fuera de las obligaciones.
Autor: Alegsa