Así es como te curas a ti mismo, según tu signo del zodíaco

No hablarás de ello, y cualquiera que lo mencione terminará muerto. Eres un gran luchador y aunque parezcas duro por fuera, es la forma de tratar de curar la herida que te pica cada vez que te mueves. No hay nada malo cuando alejas a la gente, pero hay veces que tienes que dejarlos entrar para poder liberar la furia que se quema dentro de ti. No eres débil sólo porque estés herido.

Intentarás no pensar en ello, hasta que te olvides completamente de la idea de lo que te entristece. Comerás compulsivamente hasta que se desvanezca lentamente, hasta que ya no tengas hambre de POR QUÉ, QUÉ y CÓMO o de cualquier posible explicación de por qué te están pasando las cosas. Intentarás dormir hasta que los días pasen y ya no estés en el estado en el que estás ahora. Ya no tienes que tener miedo de despertarte, puedes hacerlo.

Actúas como si no hubiera nada malo. Hoy reirás y sonreirás sin ni siquiera una pizca de las lágrimas que derramaste anoche. Hoy, y todos los días, eres un tipo diferente de persona fuerte actuando como si no estuvieras luchando una pelea que crees que a nadie le importa conocer. Tienes demasiado miedo de mostrar a los demás tu lado vulnerable porque sabes que es algo que no pueden manejar.

Te acostarás y dejarás que las cosas se jodan. Acabas de dejar de preocuparte y así es como intentarás curar tus heridas. Esto es lo que te hace sentir mejor porque crees que le prendes fuego a todo lo que tocas. Así que te relajas, te pones las gafas de sol y sigues adelante. Eso es lo que haces; sigues adelante una y otra vez.

Crees que el mejor sanador del alma es mimarse a uno mismo. Intentarás ignorar las fuertes olas de tristeza y convertirla en amor propio. Te mirarás al espejo y buscarás algo que necesita ser arreglado, incluso si la verdadera parte herida que necesita ser arreglada está debajo de las capas de piel, gritando desesperadamente por atención.

Arreglarte no está ni siquiera en la parte superior de tu lista de cosas por hacer. Es como una marca estampada en tu frente porque a pesar de todas las cosas que haces cada día; esto es algo que no puedes hacer. A pesar de todos tus planes organizados, planear para arreglarte parece ser el imposible. Eres un buscador de la verdad y ni siquiera te conoces a ti mismo. No dejas que la gente lo sepa, pero incluso un arreglador necesita ser arreglado. Incluso un curandero necesita ser curado.

Amas a los demás porque crees que eso te arreglará. Intentas sopesar las cosas antes de tomar una decisión y al final siempre es la felicidad de los demás la que eliges sobre la tuya. Eres un tonto del amor, pero no te amas lo suficiente como para sentirte mejor contigo mismo. Y crees que ponerlos en primer lugar te hará sentirte satisfecho y realizado, pero aún así no lo haces. Ni siquiera estás a mitad de camino.

Te matas a ti mismo con crueldad, a diferencia de lo que haces con otras personas. Siempre eres amable con ellos, pero nunca contigo mismo. Le das a los demás todo el beneficio de la duda hasta que no hay más espacio para ti. ¿Por qué lo haces? ¿Por qué sacrificar tu inocencia y cargar el peso del mundo por ellos? ¿Es porque podría arreglarte o porque podrías ayudarles a arreglarse a sí mismos?

Te acurrucarás en una bola y rodarás. Hazte el muerto hasta que todo se detenga. Estás cansado, siempre lo estás, pero no crees que eso sea un problema en absoluto. Por muy fuerte que seas como persona independiente, estás cansado de estar solo. Siempre cargando todo por tu cuenta, esta es la razón por la que eres tan bueno en hacer que las cosas duren. Algún día alguien se hará cargo y te llevará en su lugar.

Volverás a levantarte en cuanto te tropieces; no eres de los que se quedan abajo después de ser pisados. Te levantas y luchas incluso con un palillo de dientes como arma. Luchar es tu supervivencia; así es como te las arreglas para reparar lo que sea que esté roto. Luchas y no te rindes.

Sigue adelante. Tienes una baja tolerancia al drama, así que cuando pasa algo de lo que no estás seguro, lo cortas. Lo dejas ir porque estás harto de tratar de arreglar cosas que sólo terminan por lastimarte. Siempre eres el primero en soltar la cuerda en un juego de tira y afloja porque sabes que por mucho que empujes y tires nunca ganarás. Así que la dejas ir.

Beberás tus preocupaciones y si no está arreglado para esta noche, volverás a beber mañana. El alcohol se convirtió en una gran parte de tu curación porque si hay algo dentro de ti que necesita ser matado, el alcohol está ahí. Ya no lo consumes, sino al revés. El ácido disolverá el dolor y el entumecimiento es lo único que sentirás. Recuerda lo que tu dentista de niño solía decir antes de quitarte una parte de ti que duele, "No lo sentirás en absoluto".