Por el Crucificado
resonó generoso mi acento,
al bienhechor
en un suspiro emocionado.
Y después... ¡Oh Dios!
Cuando me brindaste consuelo
en todo momento,
dentro de mi pecho acongojado.
Oye mi ardiente ruego,
de ser mi abrigo
ante la maldad y todo vicio
en este mundo frío.
¡Oh mi gran Dios!
Tu nombre divino ensalzo,
y en confesión
concédeme hoy la redención.
-- Petición a Dios --
Moderador: alegsa
- El Brujo de Letziaga
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